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jueves, 20 de enero de 2011

LO QUE QUEDA DEL DÍA

FECHA DE ESTRENO
5 de Noviembre de 1993
TÍTULO ORIGINAL
The Remains of the Day
DIRECCIÓN
James Ivory
PRODUCCIÓN
Ismail Merchant, Mike Nichols, John Calley
GUION

Ruth Prawer Jhabvala
Basado en la novela de Kazuo Ishiguro
REPARTO
Anthony Hopkins (James Stevens), Emma Thompson (Sarah Kenton), James Fox (Lord Darlington), Christopher Reeves (Congresista Trent Lewis), Peter Vaughan (William Stevens), Hugh Grant (Cardinal), John Haycraft (Subastador), Caroline Hunt (Landlady), Paula Jacobs (Señora Mortimer), Ben Chaplin (Charlie), Steve Dibben (George), Abigail Harrison (Doncella), Patrick Godfrey (Spencer), Peter Halliday (Canon Tufnell), Terence Bayler (Trimmer), Hugh Sweetman (Chico de cámara), Tony Aitken (Cartero), Emma Lewis (Elsa), Joanna Joseph (Irma), Tim Pigott-Smith (Benn), Lena Headey (Lizzie)
CINEMATOGRAFÍA
Tony Pierce-Roberts
BANDA SONORA
Richard Robbins
DISTRIBUCIÓN
Columbia Pictures
DURACIÓN
134 minutos

JAMES STEVENS: “¿No se si se comprende lo que hace falta para ser un gran mayordomo?”

WILLIAM STEVENS: “Dignidad. Eso es lo que hace falta.”
JAMES STEVENS: “Gracias Señor Stevens. Dignidad, exacto, dignidad, esa es la definición oficial dada en ‘El Caballero del Caballero’. Un gran mayordomo debe poseer dignidad…”
WILLIAM STEVENS: “… De acuerdo con su condición. Había un mayordomo ingles en la India. Un día entró en el comedor. ¿Y qué vio bajo la mesa? Un tigre. Sin inmutarse, fue directamente al salón: ‘Disculpe Milord’. Y susurrando para no asustar a las damas: ‘Perdone Milord, parece ser que hay un tigre en el comedor. ¿Tal vez su señoría me permitirá usar el Calibre 12?’. Siguieron tomando su té, y entonces sonaron tres disparos. No se sorprendieron, pues estando en la India estaban acostumbrados a todo. Y cuando el mayordomo volvió para rellenar las tetéras dijo más fresco que una lechuga: ‘La cena se servirá a la hora habitual Milord, y me complace decir que no quedará ninguna huella perceptible del reciente suceso llegado ese momento. Repito Señor, no quedará ninguna huella perceptible del reciente suceso llegado ese momento’. Es estupendo.”
JAMES STEVENS: “Magnifica historia Señor Stevens. Magnifica historia. Ese es el ideal Charles, al que todos aspiramos, la dignidad.”


CURIOSIDADES

La adaptación de la novela iba a ser dirigida originalmente por Mike Nichols, con un guión de Harold Pinter. Partes de este guión fueron utilizadas en la película, y aunque se le pagó por su trabajo, solicitó que su nombre no figurara en los créditos al haber sido revisado considerablemente por Ismail Merchant y James Ivory. Nichols decidió no dirigir la película, aunque permaneció en el proyecto como uno de los productores.
Gracias al poder persuasivo de Ismail Merchant, se logró rodar en numerosas casas de campo inglesas algunas de ellas no habiendo estado abiertas al publico nunca con anterioridad. Entre ellas se encontraban Dyrkham Park para el exterior de la casa, el Castillo Powderham, Corsham Court, Badminton House sirvieron para los interiores. Otras escenas adicionales fueron rodadas en Weston-super-Mare.
Mientras rodaba “Esperando a Mister Bridge” en 1990 en Kansas, el actor Remak Ramsay se encontraba leyendo la novela en la que se basa la película. Fue el quien le entregó el libro a James Ivory pensando que la historia podría interesante. Se pensó en contar con Anjelica Huston para el papel de ama de llaves, y con Jeremy Irons para un papel en la película. Anthony Hopkins declaró que recibió ayuda sobre como interpretar a su personaje de un mayordomo real llamado Cyril Dickman. Este había servido durante cincuenta años en Buckingham Palace. Este le explicó que no existía ningún secreto en su profesión, y que dentro de una habitación, esta debía parecer aún más vacía de lo que estará. El personaje de Christopher Reeve en la película fue una fusión de dos personajes distintos. En la novela de Kazuo Ishiguro, el nuevo señor de Stevens es un americano llamado Farraday, que no tiene nada que ver con el personaje del Senador Lewis. Meryl Streep se presentó para el papel del ama de llaves, y fue rechazada, siendo esta la tercera vez en la que esto sucedía. Hugh Grant declaró que esta era la mejor película en la que había trabajado. Fue la primera película de Ben Chaplin.
La película fue la gran perdedora de la ceremonia de los Oscar de 1994. Obtuvo ocho nominaciones en las categorías de Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor, Mejor Actriz, Mejor Dirección Artística, Mejor Vestuario, Mejor Banda Sonora, y Mejor Guión Adaptado. No logró hacerse con ninguna de las estatuillas perdiendo contra producciones como “Philadelphia”, “El Piano”, “La Lista de Schindler”, y “La Edad de la Inocencia”.

NOTA PERSONAL

Soy un gran devoto del trabajo cinematográfico de James Ivory, y bien podría decir que es mi director favorito. Esta película solo puede ser descrita como una autentica obra maestra, y es una esas joyas que no me canso de ver.
Poniendo aparte las tramas políticas que se narran, y que son completamente secundarias, la relación entre Stevens y Kenton es una de las más hermosas narradas en la historia del cine, quizás por la expresividad que irónicamente pueden crear los sentimientos embotellados del protagonista Señor Stevens. Hopkins nos deleita de nuevo con su indudable talento, mostrando la eficacia del tradicional mayordomo ingles, y como esa eficacia mezclada con su dedicación y frialdad le arruinan cualquier tipo de oportunidad de ser feliz. Stevens no es un esclavo de la servidumbre, sino de si mismo, y esa es la fascinación inesperada que nos presenta la película. Añadido a esto, tenemos una introducción extraordinaria a las entretelas y jerarquía del servicio en las mansiones inglesas de mitad del siglo veinte. Esto se presenta en toda la película con delicioso detalle, pudiendo observar ejemplos como el meticuloso planchado de un periódico página por página antes de ser entregado.
Emma Thompson realiza un trabajo igualmente elogiable como la Señorita Kenton. Lo curioso es que a pesar de su capacidad de expresar sus sentimientos, termina siendo igualmente prisionera de si misma en un matrimonio que no le puede proporcionar la felicidad.
Todas las escenas que estos dos grandes actores comparten son fascinantes, y llenas de detalles que pueden ser analizados y desmigajados por el espectador. Elogiable la escena en la que Kenton descubre a Stevens leyendo una novela de amor, e intenta arrancársela de las manos esta cargada de una sensibilidad inusual. Creo que es el único momento, en el que el personaje de Hopkins esta a punto de dejar caer todos los muros que ha alzado a su alrededor, para impedir que las emociones interfieran con sus obligaciones. Otra escena sobrecogedora es la de la despedida de ambos al final de la película, en la que verdaderamente se muestra que ambos han perdido la oportunidad de ser felices.
Podría analizar infinidad de escenas de igual nivel sobresaliente, pero necesitaría más de una entrada para hacerlo. Dejo esa oportunidad para el que aún no haya visto esta verdadera joya del cine. No hay nada desperdiciable en esta verdadera obra maestra del cine.

HISTORIA (esta sección contiene detalles de la trama y el argumento)

En la década de 1950, el mayordomo de Darlington Hall, Stevens, recibe una carta de la Señorita Kenton, que había trabajado con él como Ama de Llaves durante los años previos a la Segunda Guerra Mundial. Veinte años después, Lord Darlington ha fallecido, y su estado ha sido vendido a un congresista americano retirado llamado Lewis. En su carta, Kenton revela que su matrimonio ha fracasado y que siente nostalgia hacia los días en los que trabajo en la Casa. Stevens pide un permiso a su nuevo amo con la intención de ir al encuentro de Kenton, con la idea de persuadirla para que reasuma su antigua posición. Durante el viaje recuerda el día en que la Señorita Kenton llegó a Darlington Hall.
Kenton llega a la Mansión en un periodo en el que varios políticos del Periodo de Entreguerras la visitaban para tratar asuntos importantes de estado en su estancia. Stevens, mayordomo leal, perfeccionista, tranquilo y eficiente, se ve en la tarea de manejar toda la Mansión para que los sirvientes parezcan invisibles a la hora de realizar sus labores. Stevens se siente enormemente orgulloso de sus habilidades y su profesión. Kenton se convierte en su igual en la jerarquía de la casa, y ambos no tardan en tener sus confrontaciones. La mayor parte de estas surgen cuando el padre de Stevens entra al servicio de Darlington Hall, que ya tiene avanzada edad, y comienza a cometer errores repetidos que deben de ser corregidos con celeridad. Dichos errores provocan que caiga llevando una bandeja. Por ello, Darlington decide que sus tareas sean menores, para que ningún incidente arruine la inminente conferencia que va a tener lugar en Darlington Hall. Esto crea una tensión evidente entre Stevens padre e hijo, cuando este le asigna pequeñas tareas de limpieza.
La Señorita Kenton demuestra ser de extrema eficiencia en su trabajo, pero más calida y menos reprimida que Stevens. La relación entre ambos termina por adoptar cierta calidez. Ella no tarda en enamorarse de él, y el sentimiento es mutuo, aunque Stevens se muestra hermético, a pesar de los esfuerzos de Kenton por romper las barreras impuestas por su frialdad. Lord Darlington decide utilizar su influencia para apoyar la política de Apaciguamiento hacia la Alemania Nazi. En una de las conferencias acude el Congresista Lewis, de América, especialmente irritado. Este apoya una política sostenida por profesionales, en lugar de por caballeros amateurs. Durante la conferencia, el padre de Stevens fallece de un ataque al corazón, pero este continúa con sus labores, aparcando el visitar a su padre, mostrando una frialdad absoluta. A pesar de ello, momentos antes de su muerte, Stevens padre le señala que esta orgulloso de él, y que espera que siga cumpliendo sus obligaciones con la dignidad requerida en un mayordomo. Lord Darlington también le encomienda a Stevens que aleccione a su ahijado sobre la sexualidad, ya que este esta a punto de casarse, y Darlington se siente muy ocupado e incapaz.
Por su parte, Lord Darlington comienza a verse influenciado por la ideología de sus colegas alemanes. Tras leer el trabajo de Houston Stewart Chamberlain, condenando a la raza judía, decide despedir a las dos sirvientas judías que tiene a su servicio. Kenton se muestra indignada, y esta a punto de dimitir como protesta, pero su necesidad de estar empleada, y su confesada cobardía provocan que se eche atrás. Desde la prudencia y la frialdad, Stevens también se encuentra contrario a este despido. Más adelante, Darlington se da cuenta de su error, y le solicita a Stevens que localice a las doncellas para recontratarlas, pero estas no pueden ser localizadas.
Cuando una doncella y un ayudante de cámara deciden casarse abandonando su empleo, Stevens y Kenton se sienten disgustados, considerando que arruinan sus profesiones al abandonar Darlington Hall. Esto provoca tensión en la relación de Stevens y Kenton, que han sido incapaces de dar un paso hacia sus sentimientos mutuos. Sobre todo, se convierte en una tensión especial para Kenton, frustrada por la incapacidad de Stevens de mostrar sentimiento alguno, o el más mínimo interés emocional en ella. Una noche, su tensión la lleva a insultar a Stevens por estos motivos. A pesar de disculparse, y romper a llorar ante él, este no es capaz de hacer otra cosa que recordarle una tarea de la casa. Finalmente, Kenton decide aceptar una oferta de matrimonio por despecho, a pesar de no estar enamorada de la persona en cuestión, abandonando la casa finalmente. Lord Darlington termina falleciendo en la más suma bancarrota, después de ser declarado traidor en el Daily Mail.
De vuelta al presente, Stevens continúa su viaje para encontrarse con la Señora Kenton veinte años después. Durante el camino se detiene en varios lugares, y la gente se muestra curiosa por el hecho de que trabaje en Darlington Hall. Tras ser preguntado sobre si ha servido bajo las ordenes de Lord Darlington, Stevens lo niega sabiendo la opinión negativa de la gente del fallecido Lord. Finalmente, confiesa haberlo hecho a un extraño, explicándole que es consciente de sus fallos, pero también de sus muchas virtudes. Finalmente, Stevens se reúne con Kenton, y ambos admiten tener lamentaciones acerca de sus vidas. Sin embargo, Kenton se acaba de enterar de que su hija esta embarazada, por lo que rechaza la oferta de Stevens para regresar a Darlington Hall, para permanecer con su marido junto a ella. Ambos se despiden bajo la lluvia, y Kenton rompe a llorar, pero Stevens se ve de nuevo incapaz de expresar sus sentimientos hacia ella, despidiéndose alzando su sombrero después de que sus manos se rocen por última vez.
Stevens regresa a Darlington Hall para realizar las últimas preparaciones ante la llegada de la familia del retirado congresista Lewis. Ambos hombres entran en el salón de banquetes, donde ahora se encuentra una mesa de tenis. Lewis recuerda sus actos y palabras durante el banquete político décadas atrás. También admite cierta vergüenza ante estos hechos y le pregunta a Stevens si recuerda las palabras exactas que pronunció. Este declara que no, ya que se encontraba demasiado ocupado sirviendo a los invitados. En ese momento, y de manera simbólica, una paloma se introduce en el salón a través de la chimenea, y queda atrapada en este. Ambos hombres se encargan de que la paloma pueda salir de las paredes de Darlington Hall, tras las cuales Stevens permanece atrapado.

ESCENA

Stevens es sometido a un humillante interrogatorio de terminología economica y politica por parte de los amigos de su jefe, que consideran que las clases bajas no deberían votar. 

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