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miércoles, 29 de octubre de 2014

ESPARTACO

FECHA DE ESTRENO
7 de Octubre de 1960
TÍTULO ORIGINAL
Spartacus
DIRECCIÓN
Stanley Kubrick
PRODUCCIÓN
Edward Lewis, Kirk Douglas
GUION
Dalton Trumbo
Basado en la novela de Howard Fast
REPARTO
Kirk Douglas (Espartaco), Laurence Olivier (Craso), Jean Simmons (Varinia), Charles Laughton (Graco), Peter Ustinov (Batiato), Tony Curtis (Antonino), John Gavin (Julio César), John Dall (Glabro), Nina Foch (Helena Glabro), John Ireland (Crixo), Herbert Lom (Tigrano), Charles McGraw (Marcelo), Joanna Barnes (Claudia), Harold J. Stone (David), Woody Strode (Draba), Robert J. Wilke (Capitán de la guardia), Nick Dennis (Dionisio), Paul Lambert (Gánico), Frederick Worlock (Lelio), Peter Brocco (Ramón)
CINEMATOGRAFÍA
Russell Metty
BANDA SONORA
Alex North
DISTRIBUCIÓN
Universal Pictures
DURACIÓN
184 minutos

TIGRANO: “Si mirando una mágica bola de cristal, vieras a tu ejército destruido y a ti mismo muerto. Si vieras tan claro ese futuro, como creo que ya lo estás viendo, ¿continuarías luchando?”
ESPARTACO: “Sí.”
TIGRANO: “¿Aun sabiendo que perderéis?”
ESPARTACO: “¿Qué importa eso? Todo hombre pierde cuando muere, pero un hombre libre y un esclavo no pierden lo mismo.”
TIGRANO: “Ambos la vida.”
ESPARTACO: “El libre pierde el placer de vivir, el esclavo el sufrimiento. La muerte es la única liberación para el esclavo. Por eso no la teme. Por eso, venceremos.”

CURIOSIDADES
El proyecto de esta película se inició parcialmente debido a que Kirk Douglas no había conseguido hacerse con el papel protagonista de la película “Ben-Hur” de William Wyler. 
Douglas había trabajado con Wyler en la película “Brigada 51” del año 1951, y se sintió defraudado cuando Wyler optó por darle el papel de Ben-Hur a Charlton Heston. Poco después, Edward Lewis, vicepresidente en la compañía cinematográfica de Douglas “Bryna Productions”, hizo que el actor leyera la novela “Espartaco” de Howard Fast. La novela tenía una temática parcialmente similar a la de “Ben-Hur”. Esto se debía a que trataba sobre un individuo que retaba al poder del Imperio Romano. Douglas quedó tan impresionado con la historia que decidió hacerse con los derechos de la novela mediante sus propios recursos financieros. Con el paso del tiempo, “Universal Studios” accedió a financiar la película. Esto fue gracias a que Kirk Douglas había convencido a Laurence Olivier, Charles Laughton y Peter Ustinov para que aparecieran en la misma.  Edward Lewis se convirtió en el productor de la película, mientras que Douglas se acreditó como productor ejecutivo. Tras la experiencia, Lewis continuaría produciendo películas para Douglas.
Al mismo tiempo, Yul Brynner estaba planeando realizar su propia película sobre Espartaco para “United Artists”. El agente de Douglas, Lew Wasserman le sugirió que intentara que la película fuera producida por “Universal Studios”. El guion de Dalton Trumbo fue finalizado en solo dos semanas, por lo que Douglas y la “Universal” ganaron la carrera por la realización de la película. Inicialmente, se contrató al propio Howard Fast para que se encargara de adaptar su propia novela para crear un guion. Sin embargo, Fast se vio en serias dificultades a la hora de trabajar con el formato de un guion cinematográfico. Debido a esto, fue reemplazado por Dalton Trumbo, quien curiosamente había caído en la lista negra de Hollywood de la época. Para evitar problemas, utilizó el seudónimo de Sam Jackson. Kirk Douglas insistió en que Trumbo fuera acreditado en pantalla por su trabajo, un hecho que ayudaría a acabar con la mencionada lista negra. Trumbo había sido enviado a prisión por obstruir el trabajo del Congreso en el año 1950. Tras esta experiencia, pasó años escribiendo guiones mediante el uso de falsas identidades. 
El hecho de que Douglas intercediera por él fue alabado como un acto de valor.
David Lean rechazó la oferta de dirigir la película, por lo que se optó por contar con Anthony Mann, quien entonces era conocido por sus películas del oeste. Sin embargo, tras una sola semana de rodaje, Kirk Douglas decidió despedirle. Dicho despido todavía es parcialmente un misterio a día de hoy. Douglas declaró que parecía asustado ante la magnitud de la película, sin embargo Mann se embarcaría un año más tarde en otra película épica “El Cid”. Por otro lado, Anthony Man rodó la escena inicial, que curiosamente marcó el estilo de toda la película. Tras el despido, se contrató a Stanley Kubrick, quien tenía treinta años de edad, para dirigir la película. Ya había dirigido cuatro películas, entre las que se encontraba “Senderos de Gloria”, donde Kirk Douglas también era el protagonista. Sin embargo, “Espartaco” era un proyecto mucho mayor con un presupuesto de doce millones de dólares, que serían equivalentes a noventa y siete millones de hoy en día. 
También contaba con reparto de diez mil quinientas personas, lo que suponía todo un reto para un joven director. “Senderos de Gloria” solo había contado con un presupuesto de poco más de novecientos mil dólares.
La película fue rodada usando el formato Technirama de 35 mm, que luego fueron aumentados a 70 mm. Esto supuso todo un cambio para Kubrick, que prefería utilizar el formato esférico estándar. El cinematógrafo Russell Metty se quejó acerca de las instrucciones detalladas y precisas, por otro lado inusuales, por parte del director. A pesar de esto, Metty permaneció con el equipo de rodaje y llegaría a conseguir el Oscar a la Mejor Cinematografía en una película de color. Para Kubrick, rodar en localizaciones reales supuso toda una distracción, prefiriendo rodar en estudios. Consideraba que los actores se beneficiaban y concentraban mejor en un espacio más reducido. Para crear la ilusión de grandes cantidades de personajes, esenciales en la trama de la película, se utilizó un equipo de sonido dotado de tres canales para rodar a setenta y seis mil espectadores en un estadio de football, gritando “Salve Craso” y “Yo Soy Espartaco”.
La película estuvo plagada de visiones conflictivas de Kubrick y Trumbo. Kubrick se quejaba de que el personaje de Espartaco carecía de defectos o excentricidades, y poco a poco se fue distanciando de la historia limitándose a rodar. Sin embargo, y a pesar de los problemas de rodaje, el éxito de crítica y taquilla de la película lograron establecer a Kubrick como un gran director. La película ganó cuatro Oscars al Mejor Actor Secundario (Peter Ustinov), Mejor Dirección Artística en Color, Mejor Cinematografía en Color, y Mejor Diseño de Vestuario. Recibió además dos nominaciones adicionales a Mejor Montaje y Mejor Banda Sonora, pero perdió contra “El Apartamento” y “Éxodo” respectivamente.

NOTA PERSONAL
Otro clásico indiscutible de las denominadas películas del género de “sandalia y espada”. 
La verdad es que siempre me han encantado estos clásicos, con una ambientación clásica y grandes cantidades de extras para remarcar su grandiosidad. Realmente es una de esas películas que no entran dentro de las consideradas como “romanas bíblicas”, ya que la acción transcurre durante el último siglo antes del nacimiento de Jesucristo. En este caso, la trama se centra de forma más clara en una declaración de principios, dirigida en su ataque contra la esclavitud y el honor de recuperar la libertad a través de la libertad.
La figura de Espartaco representa esa lucha por la libertad. Kirk Douglas realiza una gran labor interpretativa, si bien siempre me ha parecido que su físico no convence demasiado como el de un gladiador. Siempre me gustó que en esta película se mostrara al personaje como un analfabeto, y su dependencia de Antonino para equilibrar esta desventaja. Sin embargo, también estoy de acuerdo de que el personaje se muestra como excesivamente perfecto a nivel moral, lo cual no dudo que es una consecuencia de la época en la que se desarrolla la acción. 
Por supuesto, también debo elogiar a Peter Ustinov, quien siempre ha sido uno de mis actores favoritos. Al mismo tiempo, la película combina esa fuerte crítica contra la esclavitud con un examen muy acertado de la corrupción política, que en este caso todavía está reflejada en la época de la Republica. Analizando la acción, vemos el comienzo de un declive que desembocará en el auge del Imperio Romano.
Siempre he echado de menos un fiel reflejo de los gladiadores en la arena, algo de lo que la película carece, así como una muestra de la corrupción moral de la época. De nuevo nos enfrentamos a la problemática de una película de la época en la que fue rodada. Hay una escena que desafió a la censura, el mítico momento en el que Craso intenta seducir a Antonino mientras le da un baño. Al ver esa escena, no me extraña nada que en su momento fuera censurada.
Independientemente de estos aspectos, me sigue pareciendo una película excepcional, que siempre me ha mantenido enganchado durante sus tres horas de duración.

HISTORIA (esta sección contiene detalles de la trama y el argumento)
En el siglo antes del nacimiento de Cristo, la Republica Romana se ha visto sumergida en la corrupción, y todo trabajo de baja categoría es realizado por grandes cantidades de esclavos. Uno de estos esclavos es un hombre llamado Espartaco, orgulloso e inteligente. Debido a su negativa a cooperar en sus trabajos serviles, Espartaco es condenado a una vida de gladiador. El esclavo es adquirido por un hombre de negocios llamado Batiato, y comienza su entrenamiento en su escuela de gladiadores. En entrenador, un esclavo llamado Marcelo, recibe las instrucciones de presionar a Espartaco al máximo y quebrar su espíritu. Soportando todo el abuso, Espartaco desarrolla una atracción hacia una esclava llamada Varinia, a quien se niega a violar cuando le es entregada para su propio placer en su celda.
Batiato recibe la visita del Senador Marco Licinio Craso, un conservador que aspira a convertirse en el dictador de Roma. 
Como capricho personal, Craso decide comprar a Varinia, y para el divertimento de sus acompañantes convence a Batiato  para que Espartaco y otros tres gladiadores luchen en parejas. Cuando Espartaco es desarmado por su oponente, el africano Draba, este decide perdonarle la vida como símbolo de compasión, y procede a atacar a los romanos que observan la lucha. Debido a esto, Craso y un guardia de la arena acaban con la vida de Draba. Al día siguiente, Batiato parte para llevar a Varinia a la residencia de Craso en Roma. Cuando Marcelo intenta burlarse del destino de la esclava, Espartaco acaba con su vida, provocando un motín. Los gladiadores superan a sus guardas y logran escapar a la campiña.
Los fugitivos escogen a Espartaco como su líder, y este decide liderarles para atravesar la península y escapar del Imperio Romano. A medida que avanzan, atacan varias ciudades romanas, logrando hacerse con varias riquezas en el proceso. Gracias a esto, Espartaco realiza un trato con Tigrano, un pirata de Cilicia. 
Este accede a otorgarles varias naves para poder trasladar a los esclavos fuera del Imperio. El ejército de Espartaco se va incrementando a medida que más esclavos fugados, y otros liberados se van uniendo a él. Una de las nuevas incorporaciones es la de Varinia, quien ha logrado escapar mientras estaba siendo llevada ante Craso. Otro esclavo que se une al ejército es Antonino, quien también ha escapado de Craso cuando este intentaba seducirle. Espartaco se siente inadecuado para el liderazgo debido a que no ha recibido educación alguna durante sus años de esclavitud. Sin embargo, demuestra ser un líder excelente y organiza a todos sus seguidores en una fuerte comunidad. Antonino equilibra su falta de educación, redactando y leyendo comunicados para su líder, quien llega a considerarle como un hijo. Espartaco y Varinia confirman su relación, contrayendo un matrimonio informal. Varinia se queda embarazada de Espartaco.
Mientras tanto, el Senado Romano comienza a sentirse alarmado ante la rebelión, ya que Espartaco logra derrotar a todos los ejércitos que envían contra él. 
El oponente populista de Craso, Graco, es consciente de que el senador intentara utilizar la crisis como justificación para tomar el control del ejército romano. Para intentar impedirlo, Graco canaliza tanto poder militar como le es posible a las manos de su propio protegido, un joven senador llamada Julio Cesar. Aunque Cesar carece del desprecio que Craso muestra hacia las clases inferiores, confunde su aspecto rígido con el de un hombre noble. De esta forma, cuando Graco revela que ha sobornado a los piratas de Cilicia para transportar al ejército de Espartaco fuera de Italia y librar a Roma de la amenaza, Cesar considera que esa táctica no es digna y acude a Craso.
Craso decide sobornar a los piratas por su cuenta para que abandonen a Espartaco y, en secreto, hace que el ejército romano obligue a los rebeldes a alejarse de las costas en dirección a Roma. El Senado comienza a temer que Espartaco saquee la ciudad de Roma, por lo que decide otorgarle a Craso poder absoluto. 
Rodeado por tropas romanas, Espartaco convence a sus hombres para que mueran luchando. Los esclavos comprenden que solo por rebelarse y probar su humanidad, lograrán dar un golpe efectivo al concepto de la esclavitud. Durante la batalla final, la mayoría de los esclavos son masacrados por las fuerzas de Craso. Tras la derrota, Craso ofrece a los esclavos la oportunidad de salvar sus vidas y volver a una vida de servidumbre, si delatan al hombre llamado Espartaco. Todos los supervivientes responden gritando: “Yo soy Espartaco”. Debido a esto, Craso ordena que todos sean condenados a muerte, mediante crucifixión a lo largo de toda la Vía Apia.
Craso también localiza a Varinia, quien ya ha dado a luz al hijo de Espartaco, y se los lleva como prisioneros personales. Se enfurece al ver que Espartaco ha sido capaz de inspirar más amor y lealtad que él, e intenta compensar este hecho haciendo que Varinia le ame tanto como al esclavo. 
Cuando Varinia le rechaza, Craso, sumido en la furia, logra localizar a Espartaco y Antonino entre los prisioneros. Les obliga a luchar a muerte para él, y el superviviente se unirá al resto de los esclavos para ser crucificado. Espartaco acaba con la vida de Antonino para que no sufra la muerte lenta de la crucifixión. Este incidente preocupa a Craso, ya que Espartaco tiene el potencial de convertirse en un mártir de su casusa. También le preocupa Cesar, quien teme que llegue a eclipsarle algún día.
Graco, al ver como Roma está cayendo en la tiranía, decide suicidarse. Antes de hacerlo, soborna a su amigo Batiato para que rescate a Varinia y su hijo, y que les ayude a escapar. De camino a la libertad, los tres han de pasar por la Vía Apia, donde todos los rebeldes están sacrificados. Entre lágrimas, Varinia localiza a Espartaco agonizante. Antes de marcharse, le muestra al hijo que ambos tenido, declarando que es libre y que nunca olvidará a su padre y lo que hizo.

ESCENA
Genial escena final en la que los esclavos capturados se niegan a delatar a Espartaco, declarando que todos los son. 

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