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miércoles, 20 de abril de 2016

LA CARRERA DEL SIGLO

FECHA DE ESTRENO
1 de Julio de 1965
TÍTULO ORIGINAL
The Great Race
DIRECCIÓN
Blake Edwards
PRODUCCIÓN
Martin Jurow
GUION
Arthur A. Ross
REPARTO
Jack Lemmon (Profesor Fate, Principe Friedrich Hapnick), Tony Curtis (Leslie Gallant III), Natalie Wood (Maggie DuBois), Peter Falk (Maximillian Meen), Keenan Wynn (Hezekiah Sturdy), Arthur O’Connell (Henry Goodbody), Vivian Vance (Hester Goodbody), Dorothy Provine (Lily Olay), Larry Storch (Texas Jack), Ross Martin (Barón Rolfe von Stuppe), Hal Smith (Alcalde de Boracho), Marvin Kaplan (Frisbee), George Macready (General Kuhster), Joyce Nizzari (Mujer en el Oeste), Ken Wales (Guardia del Barón), William Bryant (Guardia del Barón)
CINEMATOGRAFÍA
Russell Harlan
BANDA SONORA
Henry Mancini
DISTRIBUCIÓN
Warner Bros.
DURACIÓN
160 minutos

LESLIE GALLANT: “Hezekiah, ¿el coche tiene arreglo?”
HEZEKIAH STURDY: “Ni la menor esperanza jefe.”
MAGGIE DUBOIS: “Bien, supongo que éste es el fin.”
LESLIE GALLANT: “Me imagino lo desilusionada que debe de estar, pero es sorprendente que haya podido hacer lo que ha hecho.”
MAGGIE DUBOIS: “¿Es sorprendente porque soy una mujer?”

PRINCIPE FRIEDRICH HAPNICK: “Bien, siéntese, siéntese y beba, la noche es joven y vamos a divertirnos. ¡Brandy! Oh, ya estás aquí. ¿Por qué le llaman el Gran Leslie, Señor Leslie?”
LESLIE GALLANT: “El Gran, es un título que en mi país se estila para espectáculos públicos, o una definición que se concede a los hombres que murieron mucho antes de que  les fuera concedida. Yo soy simplemente Leslie, o vuestro humilde servidor alteza.”
PRINCIPE FRIEDRICH HAPNICK: “¡Pues viva el gran Leslie! ¿Sabe usted? Lo más enojoso de vivir en un palacio es que las distancias son tan largas. Vivo en un constante estado de agotamiento, pobre príncipe. Ja, ja, ja. El palacio tiene sus atractivos cuando se es joven y se puede jugar por los pasillos. De niño solía montar en mi pony y cabalgar por este pasillo arriba y abajo. Pero al hacerme mayor me emborrachaba y me caía del caballo”

CURIOSIDADES
El director Blake Edwards basó la película en la Carrera de Nueva York a Paris que tuvo lugar en el año 1908, aunque evidentemente la reinterpretó ampliamente. La carrera comenzó el doce de febrero de 1908, contando con seis participantes que partían de Nueva York hacia el oeste, atravesando tres continentes. El destino era Paris, lo que la convirtió en la primera carrera automovilística alrededor del mundo. Edwards solo tomó prestada la ruta aproximada de la carrera y el periodo histórico en el que tuvo lugar, con la intención de crear la comedia más divertida de la historia. 
El director era un serio admirador de las películas mudas, por lo que decidió dedicar el film a los famosos comediantes Laurel y Hardy, también conocidos en España como “El Gordo y el Flaco”. La película incorporó muchas claves de humor propias de la era del cine mundo. EL film incluyó escenas míticas como peleas en salones, luchas de esgrima, laboratorios de villanos, o peleas de tartas. La pelea del salón del oeste fue una parodia al género western, y la historia relativa al Principe Friedrich Hapnick fue creada como parodia directa al “Prisionero de Zenda”.
Debido al éxito de las anteriores películas de Edwards como “Desayuno con Diamantes” (1961), “La Pantera Rosa” (1963) y “El Nuevo Caso del Inspector Clouseau” (1964), la película gozó del generoso presupuesto de seis millones de dólares. Al principio, “Mirisch Productions” financió la película para “United Artists”, pero cuando los costes de producción subieron considerablemente, “United Artists” abandonó el proyecto que fue recogido por los Warners. 
El director deseaba que Robert Wagner interpretara al protagonista Leslie, pero Jack Warner insistió en que el papel le fuera concedido a Tony Curtis, probablemente porque Natalie Wood se acababa de divorciar de Wagner. El representante de Tony Curtis negoció una paga de ciento veinticinco mil dólares para el actor, más que Edwards y Lemmon que cobraron cien mil cada uno. Cuando Warner firmó el contrato, el representante argumentó que tanto Edwards como Lemmon deberían cobrar lo mismo que Curtis, y Wagner accedió a elevar sus salarios a la misma cantidad.
Natalie Wood no deseaba participar en la película, pero Warner logró convencerla. La actriz no estaba satisfecha con su carrera y vida personal, ya que se había divorciado recientemente de Robert Wagner, en abril de 1962. Warner le preguntó Curtis si estaría dispuesto a darle a un porcentaje de sus royalties a Wood como incentivo, pero el actor se negó aludiendo que no había nada que pudiera darle para convencerla. 
En lugar de darle a Wood más dinero, Warner le prometió que si completaba “La Carrera del Siglo”, podría obtener el papel protagonista en la película dramática de Gavin Lambert, “La Rebelde” (1965). Como ese era un papel que Natalie Wood ambicionaba, accedió con la esperanza de que el rodaje fuera breve en la película de Edwards.
El rodaje comenzó el quince de junio de 1964, y muchos de los efectos resultaron caros a la hora de ser creados. Los costes de producción se habían disparado otros doce millones de dólares para cuando la película había sido finalizada. Blake Edwards, a menudo acompañado por Natalie Wood, se vio obligado a visitar a Warner en su oficina en numerosas ocasiones, para pedir más dinero. Por su parte, Warner accedió a casi todas sus peticiones. La batalla de tartas tardó un total de cinco días en ser rodada, llegando a costar doscientos mil dólares. Gran parte del presupuesto también fue a parar a los elaborados coches de los personajes.
Cuando la película fue estrenada, se había convertido en la comedia más cara hasta la fecha. 
Para el mes de 1964, los actores habían terminado su labor, a excepción de algunos cambios de diálogos. Durante los cinco meses de rodaje, la infelicidad de Wood no fue visible para el resto de reparto y equipo, y su interpretación de Maggie DuBois fue considerada por todos como muy divertida. Su hermana, Lana Wood, expresó que Natalie había destacado por su belleza con respecto a otras películas, pero siempre había tenido la sensación de que la película había sido difícil para ella. El día después de Acción de Gracias, Natalie Wood terminó el dialogo que le restaba, tras lo cual regresó a casa y se tragó un bote de píldoras. Atontada por el efecto de las drogas, llamó a su amigo Mart Crowley, quien la llevó a un hospital para que recibiera un tratamiento de emergencia.
La música de la película fue compuesta por Henry Mancini y el vestuario diseñado por Edith Head. El Diseño de Producción, estableciendo la época de la narración y aumentando el humor visual, corrió a manos de Fernando Carrera. 
Él también había sido responsable del Diseño de Producción de “La Gran Evasión” (1963) y de “La Pantera Rosa” de Blake Edwards. Sin embargo, la película no tuvo una buena acogida tras su estreno y fue considerada un fracaso por parte de la crítica, a pesar de ser éxito de taquilla. Esto la convirtió en el primer fracaso notable de Blake Edwards. La gran mayoría de la crítica se mostró en contra de la falta de sustancia del humor expresado en el film. También sufrió al ser comparada como una mala versión de otra película de genero similar, “Aquellos Chalados en Sus Locos Cacharros” (1965), que si había tenido gran éxito. Sin embargo, la película se hizo con el Oscar al Mejor Montaje de Sonido. También fue nominada a Mejor Cinematografía, Mejor Montaje, Mejor Sonido, y Mejor Canción. Perdió contra “Doctor Zhivago” en la primera categoría, “Sonrisas y Lágrimas” en las dos siguientes, y “Catillos en la Arena” en la última.

NOTA PERSONAL
Desde que pude ver “Con Faldas y a lo Loco”, me convertí en gran fan del dúo entre Tony Curtis y Jack Lemmon, aunque siempre decantándome más por el segundo, que siempre me ha parecido un actor desternillante. En el caso de esta genial película, que personalmente creo que la crítica maltrató excesivamente, me quedo con Lemmon. El papel de Tony Curtis es más de galán conquistador, lo que hace que Lemmon destaque en el genial papel del villano Profesor Fate. A esto, hay que añadir su genial interpretación del Príncipe Friedrich Hapnick. El personaje me parece lo más genial de toda la película, con momentos completamente desternillantes, homenajeando otra gran película como “El Prisionero de Zenda” de 1979 con Peter Sellers. Me encantaron los guiños a comedias antiguas como la pelea del salón o la excelente lucha de tartas. Todo la trama atravesando el Estrecho de Bering es igualmente formidable.
La serie inspiró otra de dibujos animados de Hanna Barbera, “Los Autos Locos” (1968). Yo había visto primera la serie de dibujos animados, así que cuando pude ver la película la pude disfrutar mucho debido a ser gran fan de la serie. 
Los coches eran geniales, y los efectos formidables para la época. No en vano, el presupuesto fue el más alto hasta la fecha para una comedia. Las trampas y mecanismos ocultos del coche del Profesor Fate también me parecieron geniales, no solo homenajeando a películas antiguas, sino también a series de dibujos animados en las que los villanos se encuentran con un desastre tras otro.
Esta es una de esas películas de gran duración que nunca se me hace larga, y que no me importa ver cada cierto tiempo. Siempre que lo hago acabo desternillándome ante las situaciones, enredos y sinsentidos, así como con numerosas frases y momentos de dialogo absolutamente brillantes. Desde mi punto de vista es una excelente comedia, mucho más inteligente de lo que muchos piensan.

HISTORIA (esta sección contiene detalles de la trama y el argumento)
A comienzos del siglo XX, El Gran Leslie y el Profesor Fate son dos rivales acérrimos. 
El primero es popular, heroico y apuesto, siempre vestido de blanco y gozando de gran éxito. El segundo siempre viste de negro, lleva un oscuro bigote, y tiene la actitud de un clásico villano, que siempre fracasa en sus intentos de desprestigiar a Leslie. El Gran Leslie propone que se celebre una carrera de automóviles desde Nueva York y en dirección oeste, hasta Paris. Su intención es la de probar las habilidades de su nuevo coche, a quien ha dado su mismo nombre. El Profesor Fate construye su propio coche, “Hannibal Twin-8”, dotado con diversos mecanismos de sabotaje. Otros participantes se apuntan a la carrera, como la joven y atractiva sufragista Maggie DuBois, que participa representando a un prestigioso periódico de Nueva York, que también quiere cubrir todo el evento. En total, la carrera cuenta con siete automóviles.
La carrera comienza. Sin embargo, Maximilian Meen, ayudante del Profesor Fate, ha saboteado cuatro coches, dejando solo a los tres en la carrera. 
El primero es el de Leslie, acompañado de su leal mecánico Hezekiah Sturdy, el segundo el de Maggie DuBois y el último el del Profesor Fate y Maximilian. El coche de Maggie se estropea, y la joven es recogida por Leslie y Hezekiah. Debido a esto, el Profesor Fate llega primero al pueblo fronterizo del oeste, Boracho. En un salón, la cabaretera Lily Olay se siente atraída hacia Leslie, lo que despierta los celos del forajido local, Texas Jack. Por este motivo, se desata una pelea en el salón, durante la cual el Profesor Fate escapa, roba la gasolina que necesita y destruye el resto. Leslie utiliza unas mulas para arrastrar su coche hasta otro punto de reabastecimiento. En ese momento, Maggie engaña a Hezekiah haciéndole creer que parte en un tren, esposándolo a uno de los asientos. Tras esto, Maggie regresa con Leslie, anunciando que su mecánico se ha ido, ya que deseaba regresar a Nueva York.
Los dos coches llegan hasta el Estrecho de Bering, donde aparcan juntos durante una tormenta de nieve. 
Leslie y Maggie se unen más, empezando a dejar de verse como competidores, al tener que dormir juntos para permanecer en calor. La aparición de un oso polar provoca que Leslie y Maggie compartan coche con Fate y Maximilian para entrar en calor. Al despertar, se encuentran en un trozo de hielo flotante, que les lleva hasta un puerto ruso. Allí les espera Hezekiah, quien revela el engaño de Maggie, a quien Leslie decide dejarla atrás. Sin embargo, el Profesor Fate decide llevarla.
Tras conducir a través de Asia, ambos coches en el pequeño reino de Pottsdorf. Allí, el alcohólico y vanidoso Principe Hapnick, que está preparándose para ser coronado rey, resulta ser idéntico al Profesor Fate. El Principe recibe a Leslie, pero pronto es secuestrado por los rebeldes liderados por el Barón Rolfe von Stuppe y el General Kuhster. Ambos obligan al Profesor Fate a hacerse pasar por el Principe durante la ceremonia de coronación, para que los rebeldes puedan asumir el control pleno del reino. Leslie y Maximilian cooperan para enfrentarse a los hombres del Barón, con quien Leslie se bate en un duelo de espadas. AL intentar escapar, el Barón salta sobre un bote, provocando que termine por hundirse. 
Tras liberar al verdadero Príncipe, Leslie y Maximilian interrumpen la coronación. Todos acaban en una pastelería, donde se desata una batalla de pasteles entre rebeldes y leales a la corona. Entre la confusión, el Profesor Fate parte en su coche con Maximilian, así como Leslie y Hezekiah, que vuelven a aceptar a Maggie en el suyo.
Tras abandonar Pottsdorf, ambos coches compiten en la recta final hacia la meta en París. Al estar a punto de llegar, Leslie y Maggie tienen una agitada discusión sobre los papeles de hombres, mujeres y relaciones sexuales en las relaciones. Consciente de sus sentimientos, Leslie decide detener su coche justo delante de la línea de meta, bajo la Torre Eiffel. De esta manera, desea probarle a Maggie que la quiere, y que ella es más importante para él que ganar la carrea. De esta forma, el Profesor Fate y Maximilian les adelantan y cruzan la línea de meta, logrando hacerse con la victoria. Mientras tanto, Maggie accede a casarse con Leslie. Al percatarse de que Leslie se ha dejado ganar, el Profesor Fate se siente engañado y exige una nueva carrera desde París hasta Nueva York. La nueva carrera comienza, y en esta ocasión los recién casados Leslie y Maggie forman equipo. El Profesor Fate deja que Leslie tome la delantera, preparado para disparar sobre su coche con un cañón que tiene equipado en el suyo. Sin embargo, no logra apuntar bien y provoca que la Torre Eiffel se derrumbe.

ESCENA
Hay grandes escenas en esta espectacular comedia, pero siempre me desternillado con  la clásica batalla de cartas. 

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